Vivienda

El proceso de despoblamiento en Benito Juárez se distingue del resto de las Delegaciones de la Ciudad Central en el lapso de tiempo en el que se presenta; mientras que en 1950 el parque habitacional de la Delegación Benito Juárez sumaba 57.5 miles de viviendas habitadas por 356.9 miles de personas con una densidad domiciliaria de 6.1 ocupantes por vivienda, a sólo veinte años después (1970) aumentó tanto la población como la vivienda (576.5 miles de habitantes y 98.3 miles de viviendas), pero la densidad domiciliaria disminuyó a 5.8 ocupantes por unidad, identificándose así el primer signo de la transición. En 1990, la población disminuyó a 407.8 miles de habitantes, la vivienda aumentó a 115.3 miles de unidades y la densidad domiciliaria disminuyó nuevamente a 3.5 (segundo signo) y en el año 2000, la población fue de 360,478 habitantes en un total de 115,975 viviendas con una densidad domiciliaria de 3.1 ocupantes por vivienda.

Respecto a la tenencia, en el año 2000 la Delegación Benito Juárez refiere un índice de vivienda en renta mayor al existente en el Distrito Federal, 43.7% (50.6 miles) contra 25.5% (543.76 miles) y menor en vivienda propia, el 56.3% (65.3 miles) comparado con 74.5% (1,588.64 miles); prevaleciendo la modalidad plurifamiliar (departamento en edificio, casa en vecindad o cuarto de azotea) con el 72.1% sobre el 25.8% de la unifamiliar (en el Distrito Federal representa 45.8% y 52.6%, respectivamente).

Con relación a la política de optimizar la utilización del suelo y lograr el máximo aprovechamiento de la inversión acumulada, señalada desde la versión 1996 del Programa General de Desarrollo Urbano del Distrito Federal, el Programa Delegacional 1997 incluyó orientaciones específicas hacia la redensificación y repoblamiento de la Delegación a través de la: aplicación de la Norma General de Ordenación N° 26 en 8 colonias, en una superficie de actuación de 253.2 ha.; categorización de 9 colonias como Áreas de Actuación con Potencial de Reciclamiento en una área de 351.3 ha. y definición de 8 corredores urbanos exclusivos para promover la construcción de vivienda en 126.6 ha., en los que se podía incrementar el número de niveles hasta construir 4 o 6 máximos de altura.

(Ver Cuadro 25. Colonias donde aplica la Norma General de Ordenación No. 26, Cuadro 26. Colonias con área de actuación con potencial de reciclamiento y Cuadro 27. Corredores exclusivos para vivienda.)

Cabe señalar que el mayor número de acciones se concentró en las colonias: Nápoles; Álamos; Del Valle Centro; San Pedro de los Pinos; Niños H. de Chapultepec; Independencia; Portales; San Simón Ticumác; Narvarte; Santa María Nonoalco; Santa Cruz Atoyac; Piedad Narvarte; del Valle Sur; Moderna; Del Valle Norte; resultando al año 2004 la emisión de autorizaciones de construcción para 14,331 viviendas por lo que se tienen 45,000 habitantes beneficiados. De esta población, se estima que el 75% corresponden a nuevos residentes que representan el repoblamiento en la Delegación Benito Juárez y el porcentaje restante, a vecinos que se retinen en la zona.

En síntesis, la Delegación Benito Juárez como una de las cuatro delegaciones en Ciudad Central y con una ventaja comparativa innegable respecto a los servicios, infraestructura y satisfactores básicos, ha sufrido fenómenos diversos en materia de su ocupación territorial pero no es sino a partir del año 2001 en que se generan carteras atractivas y mejores condiciones de crédito para el sector de la construcción, privilegiando así el uso habitacional con respecto a servicios y comercios, considerando además el envejecimiento del parque habitacional y las marcadas tendencias de subocupación.

Sin embargo, se mantiene el deterioro progresivo de las condiciones habitacionales de los sectores sociales que quedan fuera del mercado inmobiliario porque en la dinámica de edificación departamental la primera causa agravante es que, en términos absolutos, se estima que los promotores de vivienda de interés social sólo absorbieron el 20% de las acciones mientras que el 80% restante corresponde a la iniciativa privada y particulares, y la segunda causa, es que no se generaron mecanismos adecuados de control en cuanto al precio de venta de dicha vivienda, la cual se comercializó a un precio mayor a los parámetros establecidos en el mismo Programa Delegacional, limitando el acceso a los estratos socioeconómicos de población que en teoría eran los receptores directos del beneficio de la normatividad establecida.